Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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Dios tiene un plan para cada una de nuestras vidas. Sin embargo, no es que él espera que nunca cometamos errores. La Biblia ofrece una bellísima imagen acerca de lo que sucede cuando tropezamos. “El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita en cada detalle de su vida. Aunque tropiecen, nunca caerán, porque el Señor los sostiene de la mano” (Sal. 37:23, 24, NTV). Dios es como una madre que le enseña a su bebé a caminar, sosteniéndolo de la mano. Cuando el bebé se tropieza, la madre lo ayuda a levantarse, le sonríe y lo anima a continuar. ¿Qué madre soltaría la mano de su hijo justo cuando tropieza, o lo abandonaría, o le diría palabras ásperas? Si nosotras, siendo pecadoras, sabemos tratar a nuestros hijos con dulzura, ¡con cuánta mayor ternura nos guiará nuestro Padre Celestial!

Hay una enorme diferencia entre rebelarnos en contra de la voluntad de Dios y sencillamente tropezar mientras avanzamos. La Biblia dice: “Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse” (Prov. 24:16, NTV). Tropezarse es parte del proceso, pero no arruina el plan de Dios para nuestras vidas. Dios sabe que vamos a tropezar al avanzar, ¡por eso se ofreció a guiarnos de la mano!

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