Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

146 страница из 160

Al relatar su accidente, Dan comentó: “Pasé la mayor parte de mi juventud temeroso de que si la gente descubría quién era realmente, huiría y me rechazaría. Pero tuve suerte, porque no tuve opción. Mi máscara y mi caparazón se estrellaron en pedazos y no tuve que quitármelas”. Con el tiempo, Dan descubrió que el terrible accidente que lo dejó parapléjico también le dio un extraño regalo: vulnerabilidad.

En la carta a los corintios, Pablo escribe que él también se “deleita en sus debilidades”. ¿Por qué? Porque la vulnerabilidad le da la bienvenida a la gracia. “Cuando nos sentimos fuertes, no somos propensos a depender de la gracia y fortaleza de Dios”, escribe Marshall Segal en su artículo “His Delight Is Not in Your Strength”. “Pero cuando sentimos nuestra debilidad, experimentamos más plenamente la realidad (y nuestra tremenda y continua necesidad de él [Dios]). La agudeza de nuestras espinas revela las profundidades de su gracia y misericordia”. La razón para deleitarnos en nuestras debilidades es que nos impulsan a adentrarnos en la insondable gracia de Dios. Sin ellas, nos mantendríamos en la orilla, tratando de controlarlo todo.

Правообладателям