Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн
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“La historia de Samgar conmueve mi alma”, escribe Lysa Terkeurst en su artículo “A Life with Extraordinary Impact, Proverbs 31”. “Él era una persona común, en un lugar común, y hacía un trabajo común. Lo que lo hizo extraordinario no fue nada externo. Fue su impulso a ser obediente a Dios y a hacer lo correcto, exactamente donde se encontraba. Su trabajo era ser obediente; todo lo demás era trabajo de Dios”. A veces pensamos que nuestras vidas y nuestros esfuerzos son demasiado pequeños como para determinar una diferencia. Sin embargo, Dios únicamente nos pide que seamos fieles con lo que tenemos en la mano: cinco panes y dos peces, un poco de harina y aceite, cinco piedras lisas y una honda... Dios no necesita que tengas recursos o talentos extraordinarios, sino que estés dispuesta a usar tu vara para arrear bueyes exactamente donde estás.
Los israelitas no podían forjar espadas en aquellos días, porque los filisteos no se lo permitían (1 Sam. 13:19). Pero Samgar no dejó que esto lo detuviera. Las varas para arrear bueyes de aquel entonces tenían más de dos metros de altura y un cincel en uno de sus extremos, que servía para limpiar el arado. Samgar sencillamente afiló lo que ya tenía y lo usó para servir.