Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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Tola me contó que, recientemente, tuvo que completar uno de esos formularios en los que preguntan tu estado civil. Poner una tilde junto a la palabra “divorciada” le generó mucho dolor. ¿Era este el nuevo rótulo de su vida, la nueva etiqueta pegada a su frente? ¿Estaba su vida definida por el rechazo y el fracaso? O, mejor dicho, ¿era ella una fracasada? Luchando con estas preguntas, Tola recordó las palabras de Juan 1:12: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. “Esto significa que Dios nos ha dado una forma para identificarnos que no depende de nuestras circunstancias, no depende de una relación, del lugar donde nacimos o de nuestro estado financiero”, dice Tola en Still Standing [Todavía en pie]. “Si aceptamos a Dios, somos sus herederos. […] Nuestra verdadera identidad se encuentra en él”, agrega.

Como muchas veces nos gusta lo que dicen las etiquetas que llevamos pegadas, no nos preocupamos por poner todo el peso de nuestra identidad en Jesús. Mientras que las etiquetas digan: “bella”, “inteligente”, “buena amiga/esposa/madre” las llevamos con orgullo. Pero cuando el viento amenaza con arrancarnos la etiqueta que dice “bella”, o el enemigo trata de pegarnos al corazón una que dice “rechazada”, entonces comprendemos nuestra absoluta necesidad de Jesús. ¿Quién eres? Tú eres una hija de Dios. Eres amada incondicionalmente y entrañablemente por el Creador del universo.

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