Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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Cierra los ojos por un momento e imagina esa libertad. Más allá de tus éxitos y fracasos, más allá de lo que diga o calle la gente, tu valor es inamovible. Como no tienes nada que probar, puedes invertir toda tu energía –no solo las sobras–en amar a otros y a ti misma. ¡Tu valor no está en juego! “Yo no soy quien ese tipo dice que soy,” escribe Lysa. “Yo no soy quien esa chica dice que soy. Yo no soy quien los ‘me gusta’ y los comentarios de las redes sociales dicen que soy. Yo no soy quien mis calificaciones, mis listas de tareas por hacer, mis problemas y mis errores dicen que soy. Yo no soy quien la balanza dice que soy, ni la suma de todos mis errores dice que soy. […] Yo soy amada. Abrazada. Yo soy tuya. Yo soy por siempre tuya”.

Señor, no quiero malgastar ni un minuto más tratando de ganar lo que tú me regalas. Tu amor es el ancla de mi identidad. Mi valor no proviene de mis logros y no se disipa con mis errores. Cuando me sienta tentada a poner el peso de mi identidad en cualquier otra cosa –mis hijos, mi carrera, mi matrimonio o mis talentos–, recuérdame que ninguna cosa, por buena que sea, puede satisfacer mi sed; solo el Agua viva puede hacerlo.

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