Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн
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Tendemos a confundir el adjetivo “fuerte” con “agresivo” o “pendenciero”. Sin embargo, una persona musculosa puede usar su fuerza para protegernos o para lastimarnos. El problema no son los músculos, sino el carácter. Como mujeres, Dios nos llama a ser fuertes. Él nos llama a recibir su fortaleza de carácter, para tomar nuestro lugar y hacer nuestra parte. En el trabajo o en la esfera en que te encuentres, Dios te dice: “¡Sé fuerte y muy valiente!” (Jos. 1:9).
Señor, gracias porque tú me das la fortaleza necesaria para hacer mis tareas y cumplir con mi llamado. En ti, aunque me sienta débil, soy fuerte. “Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro” (Sal. 18:29, NTV).
21 de enero
Hija de Dios
“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios” (Juan 1:12, NVI).
“¿Todavía no te casaste?” Aunque he escuchado esta pregunta cientos de veces, nunca sé muy bien qué responder. “Pero eres demasiado linda como para ser soltera”, dice la gente, con buenas intenciones, pero dejando entrever que creen que solo la gente fea o rara no se casa después de cierta edad. Lamentablemente, la iglesia puede ser un espacio bastante tóxico para las mujeres solteras; un lugar donde se las hace sentir inferiores por no haber podido, o no haber querido, formar una familia. La escritora estadounidense Elyse Fitzpatrick, en Good News for Weary Women [Buenas noticias para las mujeres cansadas], comenta: “Es bíblicamente insostenible y abrumador decirle a una mujer que la única actividad valiosa que puede hacer es dar a luz hijos y servir a un esposo y una familia”. Pero esta idea oprime no solo a las mujeres solteras, sino también a las casadas, “haciendo que el éxito como ama de casa/madre sea la vocación más importante en la vida de una mujer. Y aunque este es un gran llamado, no debería triunfar sobre nuestro primer y más importante llamado: creer en Cristo”.