Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн
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Tu estado civil no es el barómetro de tu valor como persona. Así tengas un marido y siete hijos fabulosos, o no hayas tenido una sola cita fabulosa en siete años, tu estado civil no te define. Casadas, solteras, viudas o divorciadas, todas pertenecemos a Cristo y solo él tiene el derecho de definirnos. En The Single Issue [El problema de la soltería], el autor cristiano Albert Hsu señala que, “en abrupto contraste con el pensamiento convencional judío, Jesús enseñó que la salvación no se encuentra en el matrimonio, y que la vida eterna no viene a través de engendrar hijos que continúen con el apellido de la familia”. En cambio, recibimos nuestro sentido de valor y dignidad cuando nos “identificarnos con el Reino de Dios”.
Aprender a identificarnos con el Reino de Dios y con sus valores lleva tiempo, ¡pero vale la pena! Es un proceso en el que aprendemos a soltar rótulos y etiquetas de todo tipo, para recibir a cambio un título más poderoso: “Hija de Dios”. ¡La sangre de Cristo define tu valor! Aprender a confiar en esta verdad nos permite servir en todas y cada una de las etapas de la vida, con sus bendiciones y desafíos específicos.