Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн
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Mientras lavas los platos, contestas correos electrónicos y preparas el desayuno, Dios está contigo; en la parada del autobús, al pagar los impuestos y aun en un avión. Jesús prometió estar con nosotras siempre; todos los días, hasta el fin de los tiempos. Al comenzar este día, recuerda que Jesús te dice: “Estoy aquí”.
Jesús, gracias por estar conmigo cada minuto de mi vida. Ayúdame a reconocer con mi mente y a sentir en mi corazón tu presencia. Gracias porque nunca estoy sola.
2 de enero
Libre
“Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: ‘Apreciada mujer, ¡estás sanada de tu enfermedad!’ ” (Luc. 13:12, NTV).
La última vez que Jesús fue a una sinagoga a enseñar, se encontró con una mujer especial. Esta pobre mujer estaba completamente encorvada. Lucas, como médico, describe su enfermedad usando una palabra griega que literalmente significa “agacharse completamente”. Probablemente, la mujer sufría de un tipo de artritis crónica grave, por la que las vértebras afectadas se unen. La Biblia dice que esta mujer llevaba 18 años enferma. Durante 18 años no pudo ver el sol de día, ni las estrellas de noche. Durante 18 años, esta triste mujer estuvo completamente doblada, mirando al polvo y llena de dolor. Me conmueve notar lo que sucedió después. En cuanto Jesús la vio, probablemente mientras aún estaba predicando, la llamó. La mujer no pidió ayuda, ni dijo una sola palabra. Sin embargo, lleno de compasión, Cristo interrumpió lo que estaba haciendo y le dijo: “Mujer, eres libre de tu enfermedad” (Luc. 13:12). Inmediatamente, la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios.