Читать книгу Incursiones ontológicas VII онлайн
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Podría recordar los momentos difíciles de mi vida, pero hoy creo que esos momentos y situaciones fueron necesarios para conformarme en quien estoy siendo, en mi corazón quizás sería otra y, les agradezco, les abrazo desde mi profunda humildad y les dedico este trabajo.
A mi madre, maestra y valiente mujer, quien, con los recursos que tenía, me enseñó a cuidarme y a cuidar a quienes amo, proteger a los que me importan y a saber que la vida se vive, me enseñó a crecer y ser adulta comprendiendo que el valor está en mi interior y no fuera de mí, que nos podemos diseñar abrazando lo dolores vividos y con gran esperanza podemos mirar un futuro amable y amoroso.
A mis hijos, maestros que me enseñaron a reinventarme una y otra vez por amor, a buscar en mi palabra amorosa para acercarme a ellos sin importar la razón, a amar incondicionalmente desde lo más profundo de mi ser, sin reservas y sin esperar nada a cambio. Me enseñaron a buscar caminos para levantarme una y otra vez. Me salvaron muchas veces y me enseñaron a encontrar sentido cuando creí que no lo había, solo en honor al amor.