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3.6 Arrogancia.

Desde la arrogancia, pareciera que busco ser vista, de cierta manera admirada. Mi mirada está por encima de otros y mi voz es más ronca y rebuscada, como si quisiera mostrarme más inteligente, siento mi cuerpo en contracción. Desde aquí me digo: “habla, no te quedes callada, de lo contrario, no te verán”, “no dejes que el otro te diga que hacer” “yo puedo sola, no necesito a nadie más”, “si pido ayuda, te verás inferior”, “si me muestro débil, me veré indigna”.

Las acciones que realizo desde aquí tienen relación con el reconocimiento, valoración y la sobre exigencia, como, por ejemplo; tener muchos trabajos y trabajar entre doce y catorce horas y hablar, hablar y no escuchar.

Acciones que resiento desde mi cuerpo; dolor de espalda, no poder dormir, cansancio extremo; costos que no quiero seguir empeñando.

Al escuchar mi relato, mis cuentos y mis narrativas hasta aquí, siento que de alguna manera entré en el eterno retorno de Nietzsche en búsqueda de sentido tal como es mencionado por Echeverría interpretando a Nietzsche en “Mi Nietzsche” “los seres humanos se verán confrontados con la necesidad de generar por sí mismos contenidos de sentidos que le serán necesarios para vivir. Sin embargo, estos contenidos de sentidos tendrán inevitablemente a “disiparse”, generando nuevas crisis de sentido” (Echeverría R. , Mi Nietzche, La Filosofía del Devenir y el Emprendimiento, 2013, pág. 212).

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