Читать книгу Incursiones ontológicas VII онлайн
166 страница из 185
Pero, en realidad, lo que estaba viendo era mi imagen en el espejo, tenía resonancia directa conmigo y el espacio de mis miedos y faltas de seguridad al sentir que otros toman el poder y espacios de incertidumbre y vulnerabilidad los que no sé habitar y que necesitan ser defendido.
3.3 El Miedo
Se me aparece el miedo como una emoción primaria, como “el origen”. Me parece que aprendí del miedo mucho antes que llegara a este mundo, creo que recibí el miedo de mi madre, de su abandono, de su pena, de sus frustraciones y del desamor vivida por ella mucho antes de mí.
Al llegar al mundo sentí miedo al abandono, a la falta de compañía, de cuidados, de abrazos, de cariños, de atención, de mimos y seguridad. Creo que aprendí a sentir miedo del miedo y a no saber qué hacer con ellos.
¿Cómo siento el miedo? Es helado, es obscuro, se cierra mi campo visual, se agita mi respiración, se inhala incertidumbre, me habita el caos, se cierra mi mente y busca escapar en procura de alguna certeza que me alivie, se cierra mi garganta y no salen palabras, mis pies se agitan, mis manos se inquietan, sudan y luego se paralizan, mi piel se eriza y el estómago se contrae. No hay un orden, muchas veces estuve y he estado frente a él, a veces me paralicé, otras arranqué y en otras me disfracé para no ser vista por él.