Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн
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En la Biblia encontramos una historia donde Dios le pidió a una viuda pobre que hiciera exactamente eso. Estaba juntando leña para prepararse un pancito para comerlo con su hijo y luego “dejarse morir”. Entonces, llegó Elías, y le dijo: “Con esa poca harina y aceite que te queda, hazme un pancito a mí, pues Dios promete que no te va a faltar ni harina ni aceite”. La viuda podría haber pensado: “¿Qué? ¿Este hombre quiere que le prepare lo último que me queda para él?”
Volvamos a los problemas matemáticos del principio: “Si tengo 2 elementos para hacer pan y los 2 se los doy a Elías, ¡yo me quedo con nada! (2 - 2 = 0)”. Sin embargo, Dios desafió la fe de la viuda con una propuesta antimatemáticas: “Si tienes 2 elementos para hacer pan y le das los 2 a Elías, te prometo que seguirás teniendo 2 elementos para hacer pan (2 - 2 = 2)”. Hmmm... ¡Imposible! ¿Qué hubieras hecho tú?
La viuda le dio la oportunidad a Dios de mostrar su poder antimatemáticas. Con lo último que tenía, le preparó un pancito a Elías, ¿y qué pasó? Lo dice el versículo de hoy. ¡Dios cumplió lo que prometió! Por muchos días la viuda tuvo para comer junto a su hijo y Elías.