Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн
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Recuerdo, finalmente, un día en el que oré a Dios: “Señor, Emily es tu hija antes que mía. Tú la amas más que yo. Tú sabes qué es lo mejor para ella. Te la entrego. Está en tus manos”. Y confié de verdad. Confié en que Dios sabía mejor, y amaba más que yo.
Al poco tiempo, un doctor descubrió que Emily era alérgica a una proteína que está en la leche de vaca. Comenzamos a tomar leche de soja o de almendras, y Emily creció. Hoy es una adolescente sana, inteligente y fuerte.
Así como mi hijita creció, mi fe creció. Y sigue creciendo día a día. Cuando veo cómo Dios me guía y guía a mi familia, cuando siento su amor en las pequeñas y grandes cosas, me acuerdo de ese padre que, en nuestro versículo de hoy, expresó, angustiado por su hijo, que necesitaba creer más. Porque siempre, siempre se puede creer más.
Cinthya
7 de enero
El cangrejo ermitaño
“Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno” (Efesios 6:16, NVI).
¿Conoces al cangrejo ermitaño? ¡Es un animalito muy interesante! Le gusta vivir en las zonas rocosas del mar y en arrecifes. A veces sale del agua y se refugia debajo de rocas que se encuentran en la costa. ¿Qué hace a este amiguito tan particular? A diferencia de otros cangrejos, su abdomen no posee exoesqueleto (no tienen esa capa durita por fuera que los protege). Y eso lo hace vulnerable frente a animales más fuertes.