Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

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¿Qué hace entonces? Busca un caparazón de caracol vacío, que se adapte a su tamaño, y se mete dentro de él. De este modo, logra refugio y defensa contra los peligros del mar. A medida que va creciendo, se ve obligado a buscar caparazones más grandes para seguir protegiéndose. Es muy simpático verlos seleccionar su nueva “casita” metiéndose de un caparazón a otro, hasta dar con el indicado.

¿Sabías que nuestra vida espiritual se parece a la del cangrejo ermitaño? Somos débiles y vulnerables ante los ataques de Satanás. No hay nada en nosotros para sentirnos seguros. Eso nos obliga a buscar un escudo que nos defienda de sus ataques.

El apóstol Pablo conocía muy bien nuestra debilidad, y por ello nos dice qué usar como escudo espiritual. Vuelve a leer el versículo de hoy. Ese escudo es la fe. Un sinónimo de “fe” es “confianza”. Pero, ¿confianza en quién? Así es, en Jesús. Él ya venció a Satanás, Él sabe lo que es luchar con el pecado y tiene el poder para protegerte de sus ataques.

Debes acudir a Jesús en oración para que él te auxilie, y cuando haces esto, todo cambia. Satanás se las tiene que ver con él y no contigo. Es como aquel niñito pequeño al que lo persiguen niños más grandes, hasta que este llega corriendo donde está su papá, y se refugia detrás de él. Entonces los grandulones no se atreven a hacerle frente al papá, porque saben que saldrán perdiendo. Así sucede con Satanás. Si tú te acostumbras a correr y esconderte detrás de Jesús, estarás a salvo.

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