Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

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Esto la hizo emocionar. Desde ese día, ella puso atención especial en Facundo. Mientras más lo apoyaba, más rápido respondía él. Para el final del año, Facundo se había convertido en uno de los mejores de la clase.

Pasaron veinte años y la maestra recibió la visita de Facundo acompañado de una bella muchacha. Le contó que ahora era un doctor. Y le dijo que sus logros comenzaron mucho tiempo atrás, cuando ella le había dedicado atención. Ahora quería saber si le gustaría ser madrina en su boda. Ella aceptó gustosa, y aquel día llegó usando la vieja peineta y el mismo perfume que usaba su madre.

Gabriela

20 de febrero


La bondad da resultados

“El justo sabe que sus animales sienten, pero el malvado nada entiende de compasión” (Proverbios 12:10, DHH).

Permíteme que te cuente acerca de un certamen que ocurrió hace muchos años. Era una competencia para determinar qué caballos tenían más fuerza. Para ello, usaban una especie de trineo, llamado rastra. En la rastra se apilaban grandes bloques de cemento para hacerla más pesada. Cada hombre que participaba en el certamen procuraba que sus caballos llevaran la rastra lo más lejos posible en un tiempo definido.

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