Читать книгу Elige solo el amor: La relación divina. Libro VI онлайн
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La paz ha llegado, el amor ha vencido. El corazón ha alcanzado lo que anhelaba. Ya no hay nada que buscar. Ahora comenzamos a expresar más vivamente aquello que siempre fuimos, aunque no siempre lo supimos reconocer. Aprender a hacer esto es imposible, porque está más allá de todo aprendizaje. Pero eso no debe ser motivo de preocupación, puesto que no es necesario aprenderlo. Fuiste creado con la capacidad de expresar lo que la paz de Dios es en toda su gloria y belleza.
La tregua ha terminado. La paz no solamente se ha firmado, sino que ahora es la única realidad de tu vida. Tú, que escuchas mi voz y la sigues, has de saber que ya vives en la paz, que el milagro de la resurrección se ha realizado en ti. Recuerda que eres el realizado. Puedes comenzar conmigo ahora a gozar de lo que eres. A disfrutar del banquete de la vida. ¡Hay tanto por qué alegrarnos! ¡Hay tanta alegría para compartir!
¡Oh, expresión del amor! Qué bello es tu semblante. Qué dulce es tu voz. Qué suave tu andar. Qué agraciada tu mirada. Qué sabias tus palabras. Qué resplandeciente es tu luz. Qué linda es tu cintura en la que se ciñe el cinturón de la pureza. Cuán inocentes son tus colores y benditas todas tus formas. Cuán santos tus pensamientos. Cuán bello tu sentir.