Читать книгу Elige solo el amor: La relación divina. Libro VI онлайн
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El dulce reconocimiento de que tiene que existir un “algo” que le da existencia a todo, incluyéndote a ti, es la base para que puedas vivir siempre en el amor de Cristo. Este reconocimiento no solo es una verdad universal, es además la base sobre la que se edifica la paz, la alegría y la belleza, porque es la base de la vida.
Toda vida fue creada sobre el fundamento de la certeza perfecta. En otras palabras, la duda no forma parte de la realidad divina. ¿Verdad que esto tiene sentido? Sin embargo, y a pesar del hecho de que lo tenga, el punto significativo para ti es entender cuál es la certeza de la que estamos hablando.
La única certeza necesaria es la de reconocer, con amor y pura aceptación, el hecho de que nada ni nadie es autónomo, ni necesita serlo. En otras palabras, que la relación de todo con todo, dentro del amor de Dios, es la realidad de la vida. Esto es lo mismo que decir que la única certeza necesaria surge de reconocer que el amor es lo único real.
Aceptar la relación divina como la única realidad dentro de la cual todo existe, es la condición previa para la paz porque es la condición de la verdad. Quien vive recordando esta verdad todos los días de su vida, hasta que este recuerdo se hace parte de su modo de ser, es quien ha abandonado la soledad y la carencia para siempre. Si el amor infinito gobierna tu existencia, ¿qué espacio puede haber para el miedo? Recuerda que allí donde existe el amor no hay espacio para el temor. Esta remembranza es esencial para aquellos que encarnan a Cristo, es decir, al amor. Dicho llanamente, para ti que recibes estas palabras y muy pronto saldrás al mundo a ejercer tu ministerio santo.