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Siempre puedes igual cambiar una decisión, salvo que sea terminal.

Siempre puedes pedir disculpas si te equivocaste al responder, siempre puedes cometer errores, porque eres un ser humano y los seres humanos nos equivocamos, y actuamos muchas veces a prueba y error.

El árbol no se equivoca, es así.

Los animales actúan por instinto y sienten, pero no saben de remordimientos.

El ser humano es capaz de tropezar con la misma piedra diez veces, es capaz de cometer miles de errores, y también es capaz de no perdonar ni de pedir perdón. Aunque en su interior lo sepa, y aunque se enferme por ello es incapaz muchas veces de ser humilde, y franco, bajar la guardia y decir erré.

Cuando intuyes que lo que vas a hacer no está bien, o no va a andar bien, medita, reflexiona, porque lo más probable es que sea así.

Cuando intuyes que lo que vas a hacer es riesgoso, pero sientes que lograrás algo maravilloso si resulta, medítalo, evalúalo, pero nunca lo dejes de hacer por temor, ya que tal vez jamás se te presente esa oportunidad, y de lo que no probaste siempre te quedará la duda y tampoco tiene vuelta atrás.