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Créase o no, estas cosas ocurren, podemos decir bah, pura casualidad, o ignorarlo, pero a mí ese encuentro me dio paz, y si algo que sucede de esta u otra manera te hace sentir un bienestar, es una señal.

Nuestro tercer ojo, la intuición, en más o en menos, todo ser humano es intuitivo. Como estamos creídos de que todo debe ser físico, visible y confirmado científicamente, muchas veces dejamos a un lado nuestro instinto intuitivo, que es en realidad un instinto de conservación.

Siempre le ponemos un nombre de algún sentido real, como ¡me huele mal!, lo toco y me da cosa, escucho ese nombre y me da como náuseas, lo veo y me da dolor de cabeza.

Escucha entonces y prestales atención a las señales de tu cuerpo, es tu intuición.

Cuando debes tomar una decisión, respira profundo, relájate y pregúntale a tu cuerpo qué siente. Es importante ESTAR RELAJADO para que no se interponga el miedo, y el temor nos juegue una mala pasada.

Debido a ello es tan primordial comenzar a meditar, porque cuando se nos hace un hábito, logramos relajar rápido, abstraernos de la situación, entrar en quietud y escuchar las respuestas sin interferencias.