Читать книгу Ni una boda más онлайн

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–Las únicas chispas eran las del horno, pero en serio ¿por qué él tiene que ser tan irresistiblemente sensual? ¿Y por qué tengo yo que ser tan sosa?

–Te veías… –Maisy hizo una mueca y le dio una palmadita en la rodilla a Violet–. Digamos que encantadoramente despeinada.

–Supongo que es bueno que haya renunciado a los hombres –repuso Violet después de gemir.

–Eso es lo que digo sobre el chocolate todos los días, pero como te darás cuenta mis caderas no son precisamente más estrechas –el brillo de alegría en la expresión de Maisy le produjo un destello de aprensión–. Sabía que te gustaban los chicos de pelo oscuro.

Negó con la cabeza y los cabellos aún húmedos tras la ducha le hicieron cosquillas en el cuello y en las mejillas.

–No… no es solo el pelo, ¿recuerdas? Claro, puedo reconocer que ciertos miembros de la especie masculina de pelo oscuro y piel clara no son del todo desagradables. Eso no cambia el hecho de que no son mi tipo.

–Mmm…

Isla comenzó a moverse y a inquietarse, y Violet la sentó y miró sus grandes ojos azules. Con dos dedos, formó un rizo con el mechón de pelo de su sobrina.

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