Читать книгу Ni una boda más онлайн
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–En cambio, a ti te fascina el pelo oscuro y la piel de marfil. Ya lo creo –besó la mejilla regordeta de Isla–. Mua, mua, mua. ¿Estás lista para muchos abrazos y pellizcos en los cachetes? ¿Qué tal una fiesta nocturna donde bebemos mucha leche y nos quedamos dormidas en el sofá?
Isla abrió la boca como si tuviera una respuesta preparada. Hizo ruiditos y el corazón de Violet se derritió, junto con el estrés del día. Si hubiera seguido el primer borrador de su plan de vida, a estas alturas ya tendría uno, si no es que dos hijos. Pero cada vez que mencionaba la idea de un bebé, Benjamin salía con su famosa respuesta: “Seguro, algún día”.
Hoy en día, y con esta edad, no necesito un hombre para tener un bebé. Solo su esperma y puedo tenerlo sin tener citas, así que… ¡ja!
Naturalmente, ella querría un donador grande, fuerte y valiente. Algo así como Ford, el bombero arrojado, que sabía qué hacer y que fue amable con ella, a pesar de su actuación irracional.
Aunque dudaba mucho de que esa clase de hombre frecuentara los bancos de esperma. Pero antes de que terminara trazando un plan con puntos a seguir y una carpeta llena de posibles nombres, artículos para bebés y cuartos de ensueño, supuso que debía poner su vida, es decir, su carrera, en orden.