Читать книгу El Pueblo del hielo 10 - Tormenta de invierno онлайн

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—¿Por qué no sube allí de día?

—Porque a esa hora estoy trabajando, señor. ¡Agh! No me agrada pensar en esta noche.

Tristan reflexionó un largo tiempo. Su mente se movía muy lento.

—Podría... em... ¿Podría ir con usted?

¿Había sido demasiado impulsivo? Aquella delicada criatura del bosque podría ofenderse.

—Oh, pero ¡no puedo pedirle que haga eso! Solo soy la simple hija de un campesino. ¡No sería apropiado, señor!

El entusiasmo de Tristan aumentó, tal como había esperado la joven.

—No, le aseguro que estaré feliz de ayudar. Y por favor, no me llame «señor». Me avergüenza. No necesita tenerme miedo, señorita Gudrun. Tengo intenciones nobles. Solo quiero acompañarla para que nada le suceda en medio de la naturaleza.

Gudrun tuvo que inclinar el rostro para ocultar la risa. ¿Miedo? ¿De ese cachorrito? ¡Qué patán ridículo y engreído! ¡Solo imaginar que podía lastimarlo para siempre! Pero tendría que suceder en la oscuridad. La luz diurna no era ya su aliada.

—Si insiste, entonces, solo puedo decir muchas gracias —respondió ella, haciendo una reverencia—. Ahora será mejor que regrese.

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