Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

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"Mi cuerpo brillaba tanto al sol que me sentí orgulloso de él, y ahora no importaba que se me deslizara el hacha, porque ya no podía cortarme. El único peligro era que se me oxidaran las articulaciones. Pero en mi casita tenía a mano una lata de aceite y siempre me lubricaba cuando era necesario hacerlo. Sin embargo, llegó un día en que me olvidé de este detalle y me sorprendió una lluvia. Antes de darme cuenta plena del peligro, mis articulaciones se habían herrumbrado y quedé de pie en el bosque hasta que llegaron ustedes a ayudarme. Fue terrible mi sufrimiento, pero durante el año que pasé allí tuve tiempo para pensar que la pérdida más grande que había soportado era la carencia de corazón. Mientras estaba enamorado fui el hombre más feliz de la tierra; pero el que no tiene corazón no puede amar, y por eso decidí ir a pedir a Oz que me dé uno. Si lo hace, volveré a buscar a la niña Munchkin y me casaré con ella".

Tanto Dorothy como el Espantapájaros habían escuchado con gran interés el relato del Leñador, y ahora comprendían por qué estaba tan deseoso de obtener un nuevo corazón.

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