Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

702 страница из 1361

―¿Qué se sabe de John? ―preguntó Tom.

―Va por la ciudad como un desesperado. Tiene que apechugar con todo, desde las reseñas de los sermones a las carreras de caballos. Pero tiene voluntad y auténtica afición. Yo estoy convencida de que llegará a ser un auténtico gran periodista ―afirmó proféticamente tía Jo.

―«En nombrando al ruin de Roma…» ―exclamó Tom, gratamente sorprendido, mirando a un joven que se acercaba corriendo, y con un periódico sobre la cabeza.

Como una tromba, Ted corrió al encuentro de su primo, y gritó a todo pulmón en son de burla:

―¡Extra! ¡Extra! ¡Diario de la noche! Espantosa catástrofe…, ha explotado un polvorín. ¡Huelga de estudiantes de latín! ¡Extra! ¡Extra!

Por su parte, «Medio-Brooke» gritó también alegremente:

―¡Atención! ¡Ha llegado el «Comodoro»!

La noticia fue acogida por el grupo con alegría. Todos quisieron leer el periódico que anunciaba la llegada del Brenda, con matrícula de la ciudad de Hamburgo.

―He podido hablar con él. Está bien. Muy contento y curtido por el sol y el aire marino. Está muy contento. Espera ser segundo piloto, ya que el otro ha sufrido un accidente y está con una pierna rota…

Правообладателям