Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн
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John, «Medio-Brooke», llegó a ser socio accionista de la editorial, y siempre encontró gran placer en su trabajo.
Rob siguió los pasos de su padre y ejerció el cargo de profesor en el colegio Laurence.
Finalmente, queda Teddy. Contra los pronósticos de quienes temían llegara a parecerse al indómito y aventurero Dan, a medida que fue creciendo varió de tal forma que a la edad apropiada llegó a ser un elocuente y famoso predicador, en el que no se sabía qué admirar más, si la agudeza de su inteligencia o el ardor con que defendía sus convicciones. Fue, desde luego, el mayor orgullo de su madre, la inefable «tía Jo».
El Convivio
Por
Dante Alighieri
TRATADO PRIMERO
I
Como dice el filósofo al principio de la primera filosofía, todos los hombres, por naturaleza, desean saber. La razón de lo cual puede ser el que toda cosa impulsada por providencia de su propio natural, inclínase a su perfección; de aquí que, pues la ciencia es la última perfección de nuestra alma, y en ella reside nuestra última felicidad, todos, por naturaleza, a desearla estamos sujetos. En verdad, muchos están privados de esta nobilísima perfección, por diversas causas, que dentro del hombre y fuera de él le apartan del hábito de la ciencia.