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En realidad, Sasha no conocía a Viv, pero sabía de ella.

Vivian Coulter era una leyenda en la oficina. Había sido una de las primeras mujeres del bufete en convertirse en socia, lo cual era todo un logro en una época en la que a las abogadas se les preguntaba habitualmente cuántas palabras por minuto podían escribir. Pero el logro de Viv se vio empañado por el hecho de que había llegado a socia apuñalando por la espalda, socavando y saboteando a sus compañeros y acostándose con sus superiores.

Después de ser ascendida a socia, su comportamiento, ya de por sí desagradable, dio un giro hacia la vileza. Se convirtió en una gritona; era un terror trabajar con ella y era imposible complacerla. Destruía a los socios casi al mismo ritmo que a los maridos. «Viv» se convirtió en un verbo en Prescott & Talbott. Como en: “Ayer me dieron una paliza” o “Si entregas ese memorándum sin corregirlo, el socio te va a dar una paliza”.

Finalmente, después de que su secretaria sufriera una crisis nerviosa completa, con estancia en el hospital, Prescott & Talbott se las arregló para endosar a Viv a su cliente de toda la vida, elogiando cuidadosamente su trabajo y sin mencionar nunca su personalidad. Y así, Viv Coulter se convirtió en la Vicepresidenta Senior de Asuntos Legales de Hemisphere Air. Era la jefa de Metz en el organigrama, pero rara vez se involucraba en las operaciones cotidianas del departamento jurídico.

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