Читать книгу Norah онлайн

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Llegó a unos arbustos, los apartó y sonrió ampliamente. Un pequeño rio de agua cristalina circulaba delante de ella. Se acercó y llenó la bota de agua y la dejó a su lado. Luego metió los brazos. Juntó las manos y las sacó llenas de agua que se tiró de golpe a la cara. Lo repitió una segunda vez. Una tercera. El agua tenía una temperatura perfecta. Estaba mojada de cintura para arriba, así que se puso de pie y se desabrochó el vestido que se deslizó cuerpo abajo hasta llegar al suelo. Dio dos pasos y se metió en el río. Siguió caminando río adentro hasta que el agua le cubrió la cintura. Se tumbó hacia atrás y se quedó flotando unos segundos hasta que se empezó a hundir. Cogió aire y se dejó ir hacia el fondo, pero antes de tocarlo se incorporó y salió del agua de golpe. Se echó la melena hacia atrás y se frotó el cuerpo. Notaba como se iba desprendiendo de la suciedad de la tierra y del sudor. Cuando se dio cuenta, ya había amanecido. Quiso seguir en el río un poco más, nadando y despreocupándose de todo. De repente, escuchó el crujir de unas ramas.

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