Читать книгу La baba del caracol онлайн

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Así deberemos entender el poema si nos situamos en la perspectiva del modelo de revelación. El poema es lo que adviene antes del texto y, a diferencia del erizo derridiano, no es uno con el texto. El poema habita el lenguaje, se sirve de palabras muertas a las que traslada y reaviva. Vehicula algo (¿vivencias, sentimientos, saberes ocultos?) que difícilmente puede hallar, en las palabras, la manera de decirse en su totalidad. En el modelo de revelación la palabra es símbolo, y el símbolo no ha de confundirse con lo que representa.

Por eso peligra el poema en la letra escrita. El poema ha de transmitirse con la voz, está vivo, es sonoro… ¿Quién, en su infancia, no se ha llevado una concha al oído para escuchar el ruido del mar? El sonido de algo remoto, una resonancia cargada de…, ¿de qué exactamente? ¿De algo olvidado? Uno de los atributos del dios Visnu es una caracola: un símbolo de creación, la creación por el sonido.

El poema utiliza las palabras como el cangrejo las conchas; como él, se retuerce para adaptarse a las volutas de su hábitat. Lo que vemos del poema es lo que vemos del ermitaño: su concha, una envoltura prestada, con la que muchos le confunden. Muchos incluso lo recogerán porque les llama la atención su hermosa apariencia, sin sospechar siquiera que alberga un ermitaño.

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