Читать книгу Un llamado a destacarse. Un desafío a los jóvenes para marcar una diferencia eterna онлайн

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Había algunos que buscaban la compañía de Jesús, y se sentían en paz en su presencia; pero muchos lo evitaban, porque se sentían acusados por su vida sin manchas. Cristo era de carácter alegre; sus jóvenes amigos disfrutaban estar a su lado y aceptaban sus propuestas. Pero, algunos se incomodaban y hasta se fastidiaban por sus elevados principios, y lo consideraban de mente cerrada o anticuado.10

Desde el tiempo en que los padres de Jesús lo encontraron en el Templo, su conducta fue un misterio para ellos. Por ejemplo, estar a solas con la naturaleza y con Dios eran sus momentos de mayor felicidad. La madrugada lo encontraba con frecuencia en algún lugar aislado, meditando, estudiando las Escrituras u orando. Luego de estas horas de quietud, volvía a su casa para continuar con sus responsabilidades y tareas del hogar. Le gustaba tratar de aliviar el sufrimiento de los hombres y de los animales.

Jesús consideraba valiosa a cada persona. Pronunciando palabras de ánimo, ayudaba a los enfermos, a los oprimidos y a los desanimados. A veces, hasta entregaba su propia comida a los hambrientos. Trataba de llevarles esperanza y victoria espiritual, asegurando que todos eran miembros de la familia de Dios, incluso los más antisociales y olvidados. Jesucristo nunca peleó por sus propios derechos, aunque a menudo fue tratado injustamente o discriminado.

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