Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Los reproches de los enemigos de Lutero, la deformación que realizaron de sus propósitos y las observaciones maliciosas que hicieron de su carácter lo abrumaron como un diluvio. Él había esperado con confianza que los dirigentes se unieran alegremente con él en la reforma. Había previsto con anticipación una época más brillante amaneciendo para la iglesia.

Pero el ánimo se cambió en vituperio. Muchos dignatarios de la Iglesia y del Estado pronto se dieron cuenta de que la aceptación de estas verdades prácticamente minaría la autoridad de Roma, detendría millares de canales que ahora fluían hacia la tesorería y así restringiría el fausto de los dirigentes papales. El enseñar al pueblo a fijar su mirada sólo en Cristo para la salvación, derrocaría el trono del pontífice y finalmente destruiría la propia autoridad de ellos. De manera que se aliaron mutuamente contra Cristo y la verdad, oponiéndose al hombre que el Señor había enviado para iluminarlos.

Lutero temblaba cuando se contemplaba a sí mismo: un hombre opuesto a los poderes tremendos de la tierra. “¿Quién era yo –escribe– para oponerme a la majestad del Papa, ante el cual... los reyes de la tierra y todo el mundo tiemblan?... Nadie sabe cuánto sufrió mi corazón durante esos primeros dos años y en qué desaliento, y debo decir en qué desesperación, me hallé sumido”.ssss1 Pero cuando el sostén humano fallaba, el reformador ponía su mirada solamente en Dios. Podía descansar con seguridad en el brazo todopoderoso.

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