Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Cuando Lutero necesitaba tanto el consejo de un verdadero amigo, Dios le mandó a Melanchton a Wittenberg. El juicio sano de Melanchton, combinado con la pureza y la rectitud de su carácter, le ganaron universal admiración. Pronto llegó a ser el amigo de mayor confianza de Lutero: la bondad, el cuidado y la exactitud de Melanchton eran un complemento del valor y la energía de Lutero.

Se estableció la ciudad de Augsburgo como lugar del juicio, y el reformador partió a pie para ese lugar. Se hicieron amenazas de que sería asesinado por el camino, y sus amigos le rogaron que no se aventurara. Pero su lenguaje fue: “Soy como Jeremías, un hombre de lucha y de contención; pero cuanto más aumentan las amenazas de ellos más se multiplica mi gozo... Ellos ya han destruido mi honor y mi reputación... En cuanto a mi alma, no la pueden tomar. El que desea proclamar la Palabra de Cristo al mundo, debe esperar la muerte a cada momento”.ssss1

Las noticias de la llegada de Lutero a Augsburgo le produjeron gran satisfacción al legado papal. El fastidioso hereje que atraía la atención del mundo parecía estar ahora en poder de Roma; no debía escapar. El legado intentaría forzar a Lutero a retractarse, o en caso contrario, hacer que lo trasladaran a Roma, para seguir la suerte de Hus y Jerónimo. Por lo tanto, por medio de sus agentes, trató de persuadir a Lutero para que viniera sin un salvoconducto, confiándose únicamente a su merced. Pero él no apareció ante el embajador papal hasta que hubo recibido el documento en que el emperador comprometía su protección.

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