Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Dijo, escribiéndole a un amigo: “Lo que se ha escrito puede ser sometido al juicio de otros; y en segundo lugar, uno tiene una mejor oportunidad de recurrir al temor, ya que no a la conciencia de un déspota arrogante y balbuciente, que de otra manera se impondría con su lenguaje imperioso”.ssss1

En la próxima entrevista, Lutero presentó una exposición clara, concisa y vigorosa de sus puntos de vista, sostenidos por las Escrituras. Después de leer en voz alta este documento, se lo extendió al cardenal, quien lo arrojó orgullosamente a un lado, declarando que era una masa de palabras necias y de citas sin importancia. Lutero ahora hizo frente al orgulloso prelado en su propio terreno –las tradiciones y la enseñanza de la iglesia– y contradijo totalmente sus aseveraciones.

El prelado perdió por completo el dominio propio, y en un arranque de ira gritó: “¡Retráctate, o te enviaré a Roma!”. Y finalmente declaró en tono soberbio y airado: “Retráctate, o no vuelvas más”.ssss1

El reformador se retiró rápidamente junto con sus amigos, manifestando claramente de esta manera que no debía esperarse ninguna retractación de su parte. Esto no era lo que el cardenal se había propuesto. Ahora, quedando sólo con sus partidarios, miró a uno y otro, desconsolado por el inesperado fracaso de sus planes.

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