Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

65 страница из 136

En las escuelas adonde eran enviados no debían tener confidentes. Sus ropas eran preparadas de tal manera que podían esconder su gran tesoro: las Escrituras. Dondequiera que podían hacerlo, mientras iban por el camino, con mucho cuidado, colocaban algunas porciones de éstas entre aquellos cuyo corazón parecía abrirse para recibir la verdad. En estas instituciones de enseñanza se ganaban conversos para la verdadera fe, y frecuentemente sus principios se dejaban sentir en toda la escuela. Sin embargo, los dirigentes papales no podían descubrir el origen de la así llamada “herejía” corruptora.

Jóvenes educados como misioneros

Los cristianos valdenses sentían la solemne responsabilidad de permitir que su luz brillara. Por el poder de la Palabra de Dios trataban de quebrantar la esclavitud que Roma había impuesto. Los pastores valdenses habían de servir tres años en algún campo misionero antes de hacerse cargo de una iglesia en su lugar nativo: una introducción adecuada para la vida pastoral en tiempos que constituían una prueba para el alma de los hombres. Los jóvenes veían delante de ellos no la riqueza y la gloria terrenal, sino el trabajo fatigoso, el peligro y la posibilidad del martirio. Los misioneros salían de dos en dos, como Jesús solía enviar a sus discípulos.

Правообладателям