Читать книгу El fascista estrafalario. Volumen II онлайн

44 страница из 123

Sea como fuere, habiendo sido Gecé un pionero en el surrealismo, tal vez sea injusto que el fascismo (que podría ser considerado un ismo estético sino fuera por la tragedia descomunal que trajo consigo) haya perjudicado su imagen como escritor y forzado un inmerecido silencio sobre su trabajo como cineasta.

Al fin y al cabo, Marinetti, Celine o Ezra Pound fueron también fascistas. Y la obra literaria de Borges (cuñado por cierto de Guillermo de Torre, el amigo de Giménez Caballero con el que fundó La Gaceta Literaria) no desmerece en nada por sus simpatías hacia la Junta Militar.

No son pocos los investigadores extranjeros que se han ocupado de Giménez Caballero. Aparte de Foard,50 otra americana de Oklahoma -Lucy Tandy- ha publicado estudios sobre él, así como la italiana María Sferrazza y una colombiana llamada Soledad Ochoa. Entre los españoles destaca el libro de Selva Roca de Togores, una tesis de Miguel Ángel Hernando (desde el punto de vista literario) y numerosos trabajos universitarios.51

Правообладателям