Читать книгу Estrategias de coaching ejecutivo. De la práctica a la teoría онлайн

32 страница из 91

Entendemos la capacitación como un lugar donde el alumno recibe nociones y temas de teoría o práctica, de alguien que sabe del tema y que, además, incluso en la disposición espacial, está en un lugar diferente de quien “aprende”.

En el coaching, el cliente declara sus espacios de aprendizaje y busca quien lo acompañe mostrándole lo que observa, pero sabiendo que al final la elección y la decisión están siempre de su lado. No hay disparidad de conocimientos ni diferentes alturas en la relación. El coach no opera como experto en el tema que quiere resolver el cliente, sino que es este quien declara sus propias brechas y es protagonista de sus procesos y sus resultados, diseñando su propio plan de ruta y haciendo los cambios que considere necesarios. La autoridad que se pueda conceder al coach es enteramente en la experiencia del cliente y el modelo relacional acordado entre ambos.

Comunicarse con el cliente en el lenguaje que más le sirva a este es una disposición del coach: por ejemplo, la introducción de nuevos términos y distinciones, si es el caso, será de manera ecológica e integrada a su realidad y necesidades. No es necesario “invadir” al cliente con un vocabulario que puede resultar ajeno, y que distraerá del foco y del propósito del programa. La idea no es que “aprenda” coaching, sino que lo “experimente y lo viva”.

Правообладателям