Читать книгу Tres ensayos sobre democracia y ciudadanía онлайн

44 страница из 117

2. Pero lo que no puede dejarse de advertir es la vigencia creciente de las llamadas «políticas identitarias» que han tenido origen en las democracias de países ricos y que se han extendido rápidamente a través de los medios de comunicación modernos; políticas que persiguen proteger más el interés concreto individual que el del conjunto de la sociedad en la que viven. Ellas se originan porque ya no basta disminuir la pobreza, es decir, combatir la desigualdad llamada «vertical». Responden más bien a desigualdades «horizontales», a grupos culturalmente diferenciados por la etnia, el género o la religión, materia que los partidos políticos tradicionales no han sabido asumir en sus propuestas. Pero la intensidad de estas percepciones trae consigo un peligro que hay que saber enfrentar. No se trata de un egoísmo ancestral sino de algo más grave, del olvido de la noción de «nosotros», los ciudadanos. Se trata de la preeminencia de un materialismo económico ultraliberal, en el que las elecciones que valen son solo aquellas vinculadas a derechos individuales, dejando de lado las necesidades naturales de las colectividades. La defensa de las minorías y de las diferentes culturas se vio pronto sobrepasada, y los portadores de esas políticas identitarias que falsamente se identificaban como liberales dieron lugar a actitudes xenófobas y discriminatorias que en varios casos encontraron refugio en grupos religiosos evangélicos caracterizados por su fanatismo. Se hicieron entonces ininteligibles preguntas como ¿qué puedo hacer por mi país? Y se pusieron por delante asuntos como preferencias de raza, sexo y género, utilizando la pregunta que suelen constantemente repetir: ¿qué me debe mi país en virtud de mi identidad?59 Un camino dirigido, sin duda, a cuestionar la existencia del concepto de ciudadanía.

Правообладателям