Читать книгу Dimelo cantando онлайн

54 страница из 120

—¿Está hablando de esa Holland? —demanda Mason, mirándome—. ¿De tu ex?

—La misma que le rompió el corazón y lo hizo escribir un álbum entero. Holland Owen, en carne y hueso. Qué chica, ¿verdad? —Finn sigue sonriendo, entretenido con la situación.

Mientras tanto, yo todavía intento procesarlo.

Anoche no quise darle importancia porque creía que era imposible que, después de tanto tiempo, estuviera ahí. Estoy seguro de que habría sido capaz de reconocerla en cualquier parte, pero temía que mi mente estuviera jugándome una mala pasada. De forma que me pasé el resto de la noche intentando convencerme de que no había sido real.

Pero lo fue. Holland está en Londres. Y ayer se marchó sin dirigirnos la palabra.

—¿Por qué has ido a hablar con ella? —le espeto a Finn, que se sobresalta ante mi tono.

Dejo la guitarra en el sofá y me levanto. Que haya sido el primero en recuperar el contacto me molesta más de lo que debería. Si está en la ciudad, ¿por qué no nos avisó? Ni una sola llamada. Ni un mísero mensaje.

Правообладателям