Читать книгу Mejor no recordar онлайн

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—¿En qué discoteca estaba su hija?

—Tornado creo que se llama. Se encuentra en un pequeño callejón paralelo a la Avenida del Pescador Juárez —respondí suavemente, intentando sonar serena.

—Han dicho que su hija pidió un Uber para volver a casa. ¿Hay testigos que la viesen subirse al coche?

—No —volví a responder fríamente—. Carlota, una de sus amigas, me ha dicho que no había cobertura en la discoteca. Por eso, Alejandra salió a la calle a pedir el Uber. —Hice una pequeña pausa antes de proseguir—. Después, Sofía, otra de sus amigas, cuando la llamé preocupada, decidió volver a la discoteca y hablar con el portero. Este afirmó haber visto a Alejandra salir de la discoteca, pararse un par de minutos delante de la puerta con el móvil, supongo que para pedir el Uber y, después, marcharse sola por el callejón, de camino a la avenida principal.

—Por lo tanto, ¿vio este portero cómo Alejandra se subía en el coche? —Solís hablaba despacio y pronunciando exageradamente cada una de las palabras. Por mucho que fuese para que entendiésemos correctamente sus preguntas, aquello me irritaba enormemente.

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