Читать книгу La Virgen del Cajas. Testimonio de las apariciones онлайн

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Alcé mis ojos, y, ¡oh sorpresa!, vi algo que me impactó, el sol se movía de un lado para el otro, se desplazaba en el firmamento, se aquietaba, se acercaba hacia nosotros, se hacía grande y pequeño a la vez. Lo pudimos ver sin pestañar, pues no nos afectaba la vista. Cambiaba de colores.

La gente empezó a gritar y el sacerdote que estaba junto a la vidente, se puso de pie y pidió a todos recogimiento. En forma pausada expresó que no nos encontrábamos reunidos para observar fenómenos físicos sino para escuchar un mensaje. Pidió evitar la histeria colectiva, solicitando además no mirar al sol. Así lo hicimos y todos agachamos nuestras cabezas y continuamos escuchando el mensaje.

Me quedé atónita mirando fijamente a una amiga. Con voz quebrantada le pregunté si ella veía lo que yo veía. “Sí”, me respondió. “¡Es la Virgen!”, dije. Al concluir la frase, observé cómo la silueta con forma humana se separaba de todos y, magnificándose, se elevaba al cielo. Sin saber cómo reaccionar alcé mis manos y me despedí.

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