Читать книгу La Virgen del Cajas. Testimonio de las apariciones онлайн

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Vi a algunos pasar adelante. Eran unas 90 personas que se arremolinaron alrededor de la vidente. Yo me sostenía del brazo de mi esposo y le comenté: “¡qué bien que nuestra hija vaya, que pida por nosotros!”.

Después de unos segundos, mi esposo y yo escuchamos una voz, ahora audible, muy dulce y finita que dijo: “Mayrita, ven”. Perdí la voluntad y pasé. Caí de rodillas, como todos, lloré como todos, sin entender la magnitud de lo que se nos iba a pedir.

Nos dijo: “Ustedes no han venido por casualidad. Han venido porque yo los he llamado, para ser mensajeros del amor por el mundo. Deberán llevar el amor de mi hijo Jesús al mundo. Pero para eso primero tienen que convertirse, regresar a la Iglesia, a los Sacramentos, rezar el Rosario diariamente, oír misa diaria, respetar a la jerarquía”.

Todo eso a mí me parecía imposible de hacer, yo no iba a misa ni los domingos, peor a misa diaria. Si no rezaba ni un Avemaría, ¿cómo podría rezar diariamente el Rosario? Sin embargo, lo que yo no sabía era que ese día empezaría la gran transformación de mi vida.

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