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La cuestión permanece: ¿Por qué salva Dios solamente a algunos? Si concedemos que Dios puede salvar a los hombres forzando sus voluntades, ¿por qué entonces no fuerza la voluntad de todos y les lleva a todos a la salvación? (Estoy utilizando aquí la palabra forzar no porque piense que existe un forzamiento erróneo, sino porque los no calvinistas insisten en este término.)

La única respuesta que puedo dar a esta pregunta es que no lo se. No tengo ni idea de por qué Dios salva a algunos pero no a todos. No dudo por un momento que Dios tenga poder para salvar a todos, pero se que no escoge salvar a todos. No se por que. Una cosa sí se. Si agrada a Dios salvar a algunos y no a todos, nada hay en ello que sea erróneo. Dios no está obligado a salvar a nadie. Si escoge salvar a algunos, esto en ninguna manera le obliga a salvar al resto. Una vez más, la Biblia insiste que es la prerrogativa divina de Dios tener misericordia de quien quiera tener misericordia.

La alarma que oye gritar el calvinista generalmente en este punto es: “¡Eso no es equitativo!” ¡Pero… ¿qué se da a entender por equidad aquí? Si por equidad queremos decir igualdad, entonces desde luego, la protesta es acertada. Dios no trata a todos los hombres por igual. Nada podría estar más claro en la Biblia que eso. Dios se apareció a Moisés de una manera en que no se apareció a Hammurabi. Dios concedió a Israel bendiciones que no concedió a Persia. Cristo se apareció a Pablo en el camino de Damasco de una manera en que no se manifestó a Pilato. Dios, simplemente, no ha tratado a todo ser humano en la Historia exactamente de la misma manera. Esto es obvio.

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