Читать книгу La Santidad de Dios онлайн

12 страница из 60

De nuevo preguntamos, ¿cómo lo hizo? El único indicio que la Biblia nos da es que Dios llamó al universo a la existencia. Agustín llamó a ese acto “el imperativo divino” o “el fíat divino.” Sabemos que un imperativo es un mandato. Así es un fíat. Cuando Agustín habló de un fíat, no estaba pensando en un carro italiano. El diccionario define fíat como un mandato o un acto de la voluntad que crea algo. En este momento yo estoy escribiendo sobre una computadora fabricada por la IBM. Es una máquina asombrosa bastante complicada. Está diseñada para responder a ciertos comandos. Si cometo un error al mecanografiar, no tengo que tener un borrador. Simplemente oprimo una tecla y la computadora lo corrige. La computadora trabaja por fíat, pero el poder de mi fíat es limitado. Los únicos fíat que trabajan son los que ya están programados en la computadora. Me encantaría poder decirle a la computadora, “Por favor escríbeme todo este libro, mientras me voy a jugar golf.” Mi máquina no puede hacer eso. Le puedo gritar a la pantalla con el más fuerte imperativo: “¡Escribe ese libro!” Pero la máquina es muy obstinada para obedecer.

Правообладателям