Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

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Eran las 7:14 de la mañana.

—Para llegar a ser una sola voz. Tu voz…

El meteoro heraldo ajustó su velocidad y trayectoria. Con toda precisión, se dirigió a la dorada diana que surgía en esa hermosa y remota región. Respondiendo a la solicitud de la Tierra, impactaría en una zona prácticamente deshabitada. Ahí pedían los humanos el golpe, y ahí lo recibirían.

El resto dependía de ellos.

En ese preciso instante, el planeta permitió que de su eje de fuego, situado en su ígneo corazón planetario, surgiera un poderoso rayo de energía que salió del círculo que formaban los heraldos. Estalló en oleadas concéntricas de fuego líquido que impactaron en la parte interior del domo y se fundieron instantáneamente con él, reforzándolo así con una inmensa cantidad adicional de energía de geotraxis.

Los heraldos agradecieron de corazón a la Tierra, sabiendo su planeta madre les estaba otorgando todo el apoyo posible. Pero que había un límite.

No hubo palabras. No hubo sonidos. No hubo mensajes.

La Tierra no podía romper las reglas: ellos no eran los heraldos destinados a hablar con ella.

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