Читать книгу Estudios sobre la psicosis. Nueva edición reescrita y ampliada онлайн

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De acuerdo con la corriente estoica, especialmente según las enseñanzas de Epicteto, nada superaría la facultad de elección, la capacidad de tener impulsos y de repelerlos, de albergar deseos y de rechazarlos: «Piensa quien eres: lo primero, un hombre; es decir, que no tienes nada superior al albedrío, sino que a él está subordinado lo demás, y él mismo no puede ser ni esclavizado ni subordinado»35. A tenor de estos planteamientos se sitúan en primer plano los problemas de la elección, la libertad y la responsabilidad subjetiva, los cuales hallan en los desarrollos de la corriente estoica una continua reflexión, pues aunque el hombre no sea libre, cuando menos es responsable. Tal afirmación queda condensada en el sencillo planteamiento con el que Séneca recoge la posición estoica: el hombre libre es aquel que se atiene únicamente «a las cosas que están en nosotros»; «lo que depende de nosotros y lo que no depende de nosotros», según la expresión de Epicteto. Haciéndose eco de este último, el Emperador Marco Aurelio lo formuló de la forma más explícita y tajante cuando afirmó: «Nadie puede robar el libre albedrío»36.

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