Читать книгу Rumbo: maestr@. Claves prácticas que no te han dicho онлайн

71 страница из 78

Es decir, para iniciar un aprendizaje, empezamos con la motivación externa; a continuación, utilizaremos la motivación interna para reforzar el aprendizaje desde el punto de vista social en los equipos; y buscaremos oportunidades de motivación trascendente para consolidar todo lo conseguido.


Para llegar a esa motivación transcendente, es importante destacar que la motivación interna y la externa están ligadas a la autoestima y a nuestras expectativas sobre las personas, es decir, a lo que esperamos de ellas. La forma de hablar, el tono de voz, los gestos son trasmisores de información directa al alumno. ¡Cuídalos! Te podría poner muchos ejemplos, pero te contaré aquel día que vino una exalumna de visita al cole y, después de saludarnos, me dijo: «Estoy estudiando magisterio porque, desde que fuiste mi profe, tuve claro que yo quería enseñar lo que no sale en los libros. ¡Cómo tú!». No supe qué contestar..., me quedé sin palabras.

En tu planificación y programación semanal o mensual, deberás reservar espacios y tiempos para poder trabajar este aspecto. Puede ser en la hora de tutoría, o en la asamblea, o en una sesión de matemáticas, o diciéndole a un alumno «Buen trabajo«. Desde un enfoque positivo, hay que crear el momento en que cada persona perciba y sienta que es el centro de atención. Un ejemplo: cada semana, en hora de tutoría, se elige a un alumno para que se coloque en el centro de un círculo y todos escribimos en un trozo de papel algo positivo de esa persona. Uno a uno van saliendo y le van enganchando por todo el cuerpo los mensajes. En una misma sesión pueden salir cuatro o cinco alumnos.


Правообладателям