Читать книгу Segunda virginidad онлайн

27 страница из 28

La relación no llegó a un intercambio físico más allá de agarrarse las manos ni a un tercer regalo.

Isabela tiene ganas de regalarle a Sebastián una gorra de los Lakers que un hermano guarda con etiqueta en su clóset. Pero ni al caso ser la primera en dar algo. ¿Por qué él no le mandó nada? Porque todavía no son novios. Porque no le ha escrito tqm. ¿Por qué todavía no si ya lo hacían antes?

Isabela, abstraída, acomoda su mochila en la espalda para irse del salón de clases. Carlota, con una paleta en la boca, la ataca con un boobie power, golpe de ambos puños a ambos senos, que deja a Isabela plegada en dos.

¡Aaauuuuch!

Parecías calaca, Isa, andabas toda pálida, dice Carlota, se ríe más. Necesitabas color.

En la salida, Isabela ve a Carlota cargada de regalos. Isabela, manos libres, le sube la falda por atrás y le baja los shorts y los calzones. Carlota grita y las uniformadas alrededor sueltan risitas y uy uys.

Necesitabas color, Carlonguis, le dice Isabela, el triunfo en la sonrisa, no se da cuenta de una piedra y se tropieza.

Правообладателям