Читать книгу Segunda virginidad онлайн

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Los voladores de Papantla, vestidos de blanco y rojo, dan vueltas boca abajo, agarrados a la vida por una cuerda que los sostiene del tobillo hacia la cúspide de un tubo donde otro volador toca un tambor y una flauta.

Anualmente, en Hermosillo, los vaqueros exhiben y rematan vacas en la Expo Ganadera, feria estatal donde incluyen entretenimiento para todas las edades. Sebastián va con un amigo feo, Isabela con Paula. Terreno grande, polvo, animales expuestos, familias, palenques, juegos mecánicos, peluches, algodones de azúcar.

Es un reencuentro amigable, como si no se hubieran dejado de ver, o como si no se hubieran tocado antes, Isabela y Sebastián. Botas vaqueras, jeans, camiseta blanca. Sebastián casi no ve a Isabela, ni cuando le habla, los ojos en los niños que pasan, en un juego de pistolas de agua, en un payaso. Los cuatro se asoman a una pelea de gallos donde Isabela se asusta y Sebastián le tapa los ojos sin dejar de chiflar como el resto del público. Luego ven un show de Paquita la del Barrio actuado por liliputienses cantando rata de dos patas, te estoy hablando a ti y una enana golpea a un enano y la gente se ríe.

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