Читать книгу Segunda virginidad онлайн

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¿Yo qué?

¿No has hablado con el Soto?

No, dice Paula con cara de fuchi, me dijeron que está medio loco y que es bien peleonero.

La última vez me habías dicho que andabas encantada con él. ¿Ya te han tocado pleitos?, pregunta Isabela.

No. Me dijeron que en la juntada de la Ceci Castro andaba haciendo show.

A Isabela le llega un mensaje.

¿Quién es?, pregunta Paula, le arranca el celular y lee Armando.

Armando es un amigo del uniceja. Fornido, de una guapura heredada, se parece a sus hermanos, los tres con facciones duras y cabello ondulado, castaño. Es que el papá parecía Ashton Kutcher de joven. Impresionante lo idéntico. La mamá, ni se diga, toda perfectita, suavecita. Isabela había hablado con Armando en fiestas, él sonriente, buena gente, bailador, le sabe a las cheras, una vez cargó a Isabela a media canción de la cintura y la columpió como trapo.

Hey estás en Kino con la Paula? yo aquí ando con el Soto, dice el mensaje. Pasamos por ustedes a las 9?

Ay, no, bye, no quiero, dice Paula.

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