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Hago notar que en el Nuevo Testamento, cuando el autor de la carta o la epístola cita un pasaje que se refiere a la Biblia del Antiguo Testamento, lo hace de la versión septuaginta y no de la masorética. Ésta era la traducción que se usaba en el mundo helenístico dominado por el imperio romano.

A la Septuaginta se le conoce por las siglas LXX, que significan 70. La realidad es que fueron 72 escribas quienes tradujeron las escrituras del hebreo y arameo al griego, según se cuenta en la Carta de Aristeas,7 que está contenida en los libros pseudoepígrafos8 del Antiguo Testamento. Pseudoepígrafos literalmente quiere decir escritos que falsamente se le atribuyen a alguien, y en la realidad no sabemos quién es el autor. Los libros pseudoepígrafos son una colección de textos judíos y judeo–cristianos que no llegaron al canon de la Biblia. Sin embargo, su lectura y lo que contienen nos da mucha luz sobre lo que pasó y lo que existía en esos tiempos que pudo haber moldeado el pensamiento de lo que sucedía.

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