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Las montañas han sido un imán para la raza humana, como imponentes lugares que invitan al respeto, y el judaísmo no es la excepción, al referirse a ellas como el lugar donde habita Dios, y donde fue construido el templo de Israel, en el Monte de Sion, que es una montaña también.

El renombrado arqueólogo Edwin Barnhart, especialista en la cultura maya por más de tres décadas, data a los olmecas como los primeros colonizadores de Mesoamérica.50 Incluye la mitad del territorio mexicano en el centro y sur, Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras y Nicaragua. Tienen vestigios tan antiguos como hacia 1700 a. C., es decir, por los tiempos que vivió Abraham según el Antiguo Testamento, y antes de los imperios griegos, romanos y persas. Nos remontamos hasta los tiempos del imperio babilónico y egipcio. Así de antiguos son los olmecas, solo que ellos no habían desarrollado completamente un sistema de escritura51 en aquellos años y, gracias a las esculturas e interpretaciones de símbolos que tallaron en monumentos y estelas52, se ha podido conocer mucho de su cultura y de sus creencias.

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